Cuando algo se rompe, se rompe y punto, no queda mucho más. Intentar arreglarlo es imposible.
Un objeto pegado, un sentimiento olvidado o sensaciones reconstruidas, carecen de sentido y de esencia. Jamás volverán a ser iguales.
Intentos desesperados aparte, queda la opción de cambiar. Tomar un camino diferente y desear tener suerte en el mismo. Sin caídas inesperadas y sin roturas absurdas.
Un camino ausente de Z-s.
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