domingo, 31 de enero de 2021

NO ES LO MISMO

  

Algunos días, la falta de energía hace acto de presencia. Son días que solemos comenzar sorteando trampas malditas que, inteligentemente, pone nuestra cama para atraparnos y no dejarnos mover ni un pie. También debemos hacer caso omiso a los gritos constantes que nuestro sofá se empeña en vociferar.

    Otros días, con o sin motivo, tendemos a sentirnos enfadados, molestos, irritables. Conscientes de ello, sacamos nuestra mejor cara avinagrada y la mostramos al mundo entero.

    Y, por último, tenemos las variables. Días que, aparentemente, comienzan sin mayor dificultad, pero que se tuercen de manera instantánea, o se van chafando a base de tropezar con infinitas piedras. ¿Quién no ha experimentado la sensación de que, por mucho empeño que pongas, todo sale mal?. Te salpica una baldosa que baila en la calle mojada, se atasca la fotocopiadora en la primera copia de tu jornada laboral, calculas mal la ropa que eliges y te pasmas, o te cueces de calor o, quizás, alguna persona que aspira a convertirse en humorista profesional, venga a torcer lo que parecía ser un día corriente.

    Pues sí, esto es una realidad. Hay días difíciles, torcidos, en los que ver las cosas positivas de la vida puede resultar agotador. Con llegar al momento "fin" y dar por terminada la jornada, más que suficiente.

    No obstante, pese a todo ello, hay personas que hacen estos momentos un poco más sencillos. Personas que pese a malos días o pandemias mundiales, regalan gestos voluntarios agradables e incluso cariñosos. Camareros/as que te preguntan si añadir unas gotas de chocolate a tu café alegraría un poco tú día. Maestros/as que, aunque los familiares no lo exijan, se acercan e informan sobre novedades de los infantes "hoy ha comido genial". Barrenderos/as que, llueva, nieve o el calor derrita el asfalto de las carreteras, te dan los buenos días a diario. Personal médico que tras atender a los pacientes, resuelven  amablemente las dudas de los familiares. Repartidores/as que, en el momento de entrega, en vez de pedirte el DNI como si de un fugitivo te tratases, te regalan una sonrisa deseándote una buen día.

  Pequeños gestos de amabilidad basados en empatía. Pequeños, pero inmensos. Escasos y difíciles en ocasiones, pero absolutamente necesarios. Sin duda alguna, gratificantes como poco. Porque, no es lo mismo una actitud que otra. Independientemente de nuestras situaciones personales, no es lo mismo posicionarte ante los demás de manera cordial, que mostrar una indiferencia constante hacía toda persona ajena.

    Bailando al ritmo de Alejandro, diría que "no es lo mismo ser que estar, no es lo mismo estar que quedarse, tampoco quedarse es igual que parar". Y, aunque parezca mentira, todo ello es absolutamente gratuito.

sábado, 9 de enero de 2021

EL TIEMPO

    


Resulta algo frustrante, pero con el tiempo, te vas dando cuenta de que, ni las navidades son tan familiares, blancas y abundantes, ni las historias de amor resultan tan románticas y sencillas. Visualizamos tantas películas en las que esto es lo normal, que acabamos por idealizarlo. Pero, esperando pacientemente, escondida entre una borrosa niebla, nos aguarda la vida real. Una realidad que va cargando nuestras mochilas y, aunque diferentes todas ellas, día tras día se hacen más pesadas.

    Mientras nos vamos dando cuenta de ello, entre marañas de ADN, de vivencias que nos proporciona el contexto en el que nos encontramos y las relaciones que establecemos con las personas allegadas, vamos construyendo la base de nuestro ser y de lo que, en cierta manera, va a determinar nuestro comportamiento en la vida. Y es entre todo esto jaleo, donde van a predominar ciertos rasgos de nuestra personalidad.

    Poniendo atención en los extremos del tema que nos ocupa, existen individuos que rezan al dios sagrado de la parte lógica y racional, estableciendo como autoridad inquebrantable al cerebro. Estas personas tienden a sopesar, hacer balance, comparar y a llegar a conclusiones subjetivamente sensatas. En el extremo opuesto, se sitúan los individuos impulsivos, sentimentales, los que siguen fielmente al más famoso de nuestros órganos: el corazón.

    Pues bien, no es difícil adivinar que lo aconsejable es mantener la moneda de canto. Dejar de lanzarla al aire, restando posibilidades a que el azar establezca la cara predominante. Mantenerse a un 50%. Hacer un poco de caso tanto a nuestro corazón, como a nuestro cerebro. Ardua tarea.

    Pero, ¿Qué sería la vida sin ilusiones? ¿Sin tener la oportunidad de idealizar momentos, personas o bienes materiales que nos parecen agradables? Resulta tremendamente tentador poder marginar la parte lógica, darse un respiro, aunque sea de pascuas a ramos y, seguir, simple y llanamente, lo que dictan los impulsos emocionales. Resultaría alentador tener la seguridad de que esto es viable y de que alguna de esas películas que vimos hace años, pueden ser efímeramente reales.

    No obstante, el tiempo nos va enseñando que lo tentador, no siempre es lo aconsejable. Desterrar nuestra cabeza, puede acarrear serias y duras consecuencias. No sopesar lo que un impulso puede llevar escondido, en ocasiones resulta doloroso. Y claro, es ahí donde el olor a castañas asadas ya no adorna igual las navidades, las luces no parecen tan brillantes y el romanticismo no parece tan romántico. 

    Y así, día tras día, aun siendo conscientes de que alguna parte de la moneda lucha por hacerse ganadora, nos esforzamos en mantener la balanza equilibrada, dejando atrás el vicio de idealizar e incluso de soñar. 

    No preocuparse, si en momentos de inspiración, la cara emocional  brilla resplandeciente, como si de una gran borrachera se tratase, tranquilidad, el tiempo vendrá, obligatoria y cruelmente, a poner de nuevo la cabeza donde corresponda.  Nos irá robando, lenta e injustamente, las blancas navidades y, por desgracia, también Los preciosos puentes de Madison. 

    

    

    

ABSURDA SENSATEZ

 Cuando las navidades se acercan, pareciera como que el mundo se dividiese en dos. Sin motivo aparente, las personas adultas deciden tomar p...