En muchos artículos dedicados a conseguir lograr una sana autoestima, resalta la palabra "SOLTAR". Hay que SOLTAR, dejar atrás, para poder avanzar. Comprendido: hay que "olvidar" cosas, personas, situaciones, lugares, colores y olores que hagan daño, puesto que, por alguna razón, resultan corrosivos. El objetivo está claro, pero ¿Qué pasa con el proceso?.
En cambio, personas que, conscientes de un profundo malestar, saben que deben dejar "algo" atrás, inician un complicado ascenso, con el objetivo de llegar a su preciosa cima. Con esfuerzo y dedicación, lo logran ¡bravo!.
Y....¿Las personas que, en algún instante, se ahogan y necesitan oxígeno? ¿Dónde quedan?. Seguramente tienen voluntad y motivación para lograr soltar su mal pero, simplemente duele demasiado. Vuelven atrás en el tiempo constantemente, recuerdan y requeterecuerdan y, en actos de sadomasoquismo, puede hasta que planeen y deseen revivir las situaciones más complicadas.
Esto ¿implica necesariamente no haber estudiado bien los consejos y pautas ordenadas para ser feliz? ¿No habrán tenido voluntad suficiente para lograrlo? ¿Serán más débiles? ¿emocionalmente frágiles?.
Menos mal que, ante todo este percal, se puede recurrir a las redes sociales, a los cánones de moda actuales y a los medios de comunicación. Siendo bombardeados con vidas absolutamente felices, donde hacen creer que aquí todo el mundo SUELTA menos uno mismo, seguro que la presión disminuye y, todo ser humano logra tener una equilibrada autoestima, aunque sea en Instagram.